martes, 10 de noviembre de 2009

El día en que la luna fue la estrella de Germania


Germania es un pueblo como tantos pueblos agrícolas armados alrededor del ferrocarril en la provincia de buenos aires. Como todo pueblo pequeño tenía algunos pocos acontecimientos memorables en el transcurrir plácido de arena volando, fogatas de cardo ruso en San Juan y San Pedro, comuniones, casamientos y fiestas de fin de año.
Pero no hubo nada que se pareció jamás a ese 20 de julio de 1969 cuando la humanidad entera vió al hombre poner el pie en la arena de la luna. Claro que en Germania tuvo algunos condimentos dignos de ser contados.
Obviamente, en Germania todos escuchaban la radionovela pero no había ni hubo por muchos años televisión en cada casa. Ese día inolvidable algún vecino visionario supo que era un hecho que no podía pasar desapercibido para nadie.
Alguien prestó un televisor que fue entronizado en el club social de Germania que contaba con un salón enorme de pisos de pinotea donde se fueron ubicando las personalidades del pueblo y el resto de los vecinos. Como todo pueblo agrícola , la mayor parte de la población no vivía en el pueblo sino en los campos vecinos.
Nosotros, los chicos, no alcanzábamos a comprender la magnitud del hecho histórico pero entendimos bien que algo importante estaba por suceder cuando al correr del día iban llegando de los campos vecinos cantidades de sulkys, carros y caballos que fueron atados en los palenques de la plaza abarrotando la calle principal del pueblo.
Todos andábamos emocionados, nunca se había visto tanta gente junta en el pueblo. Caminábamos cuchicheando y esperando el gran momento en que la televisión, borrosa y llena de lluvia nos mostrara ese aparente gran suceso que tenía tan entusiasmados a todos los adultos de los alrededores.
Tanta fue la gente que llegó al pueblo que el enorme salón de pinotea se vio colmado de observadores y claro, como en esas épocas los primeros no eran los niños, al ver que no entrabamos todos, sin ningún miramiento, algún importante dirigente del pueblo nos mando sin pena ni gloria a mirar por las ventanas.
Así fue que vimos una figura entre las lluvias de la televisión saltar bastante ridículamente , dejar la pisada para la posteridad , encaramados como pudimos, uno arriba del otro ,colgados de los barrotes, tratando de alcanzar las ventanas altísimas del salón del club social. Finalizado el espectáculo , cada quien se subió a su caballo o sulky y volvieron a sus casas. Alcanzamos a oir al pasar los comentarios.-“ Si va ser que llegaron a la luna…., estos yanquis creen que nos van a hacer creer cualquier cosa con la televisión esa"

ojos de agua


de pequeña eran tus ojos
azabache en la mirada
con dos trenzas renegridas
blanca y redonda tu cara
las mejillas de pimiento
dientes de perlas bordadas

tu espalda se fue encorvando
en cada vuelta de arada
las manos encallecidas
por los leños que quemabas
y tu sonrisa es ahora
marlo de choclo , dorada.

con el tiempo se marcaron trazos hondos en tu cara
cada línea va mostrando los surcos que hizo tu pala
tu piel se hizo color tierra, la misma de tu morada
y se amansaron tus ojos de tanto cuidar tus llamas

tu piel huele a lanolina, a humo, y paja cortada
y ahora tienen tus trenzas líneas de plata enredadas
no hubo sombrero que cubra
tu piel curtida y bonceada.
y para que se te distinga
al caminar las picadas
te vestis de mil colores
poque de tierra es tu cara.

y mientras pasan los años
señora de la baguala
se te llenan las pupilas de celeste madrugada
como si fueran de agüita, será que ya no ves nada?
me pregunto que mirabas
abuela de la quebrada.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

frase a préstamo


Con la edad, es legítimo ser felizmente egoísta.


W.H. Auden.