Para mi cumpleaños , mis hijos, que son tanto más talentosos que yo para el amor, me regalaron un cuaderno , papel liso, tapas duras anilladas con una estampilla antigua de adorno...
Logre escribirle algunos versos, pero, lo agarro , lo abro y huele a sonrisa suelta, huele a canción de cuna, huele a abrazos apretados. Huele tan lindo mi cuaderno que sólo consigo acariciar sus hojas cada tanto, mi escritura postergada. En lugar de palabras, le estoy poniendo caricias por ahora, caricias y palabras que son casi lo mismo.
esos cuadernos sí son cuna de poesía
ResponderEliminar