Nunca me salió hacer la vertical. Lo confieso, con pudor todavía hoy, y eso que yo era deportista, nadar, hockey, correr, etc. , pero la vertical ni por casualidad; ni en contra de la pared podía.
Mis compañeras de colegio me alentaban porque la profesora de gimnasia la incluía como exigencia idiota de su programa estúpido de enseñanza. Pero como yo me destacaba en voley, pelota al cesto y otras yerbas deportivas , como dije, tuve la suerte de que la profesora me la dejara pasar.
Pero sigo todavía pensando en eso, hoy ya no lo intento como hice varios años ya pasada la escuela sin éxito por supuesto.
¿Pórque no pude hacer nunca la vertical?
Sería que tengo un eje torcido, sería que carezco de elementos básicos de equilibrio, sería una premonición.
Bingo, eso, una premonición que me preparó para la vida que me tocó en suerte. Digamos que mi línea del tiempo dista mucho de ser una prolija línea recta.
Será que por eso maniobro con bastante ductilidad el desequilibrio y la inestabilidad , o al menos eso creo al menos.¡ Viva la frustrada vertical!
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