miércoles, 29 de diciembre de 2010
EN VELAS
noche caliente
la luz se corta , solo hay velas
sirve
para mirarse
sin ruidos, sin televisión
sin gritos
silencio oscuro
solo las velas
que alumbran afuera
y encienden dentro
los mejores pensamientos,
los mas hondos sentimientos.
jueves, 16 de diciembre de 2010
La cuenta
jueves, 9 de diciembre de 2010
Lloviendo de los pinos
martes, 26 de octubre de 2010
TONTOS LAS UTOPÍAS NO SE MATAN
martes, 19 de octubre de 2010
un cuaderno
Vamos yendo
Así
URBANOS
martes, 14 de septiembre de 2010
HOY
miércoles, 25 de agosto de 2010
CORAJE
viernes, 13 de agosto de 2010
El MUERTITO
miércoles, 11 de agosto de 2010
RUEGOS
lunes, 9 de agosto de 2010
Esa madrugada
lunes, 26 de julio de 2010
ascenso andino
del cielo
camino
miércoles, 21 de julio de 2010
DE PARTO
miércoles, 30 de junio de 2010
hoy viene insolentemente sobrando tanto sol y tanto cielo
miércoles, 23 de junio de 2010
BOLIVIA de Diana Bellessi
Bolivia
Tan sutil
airecito de sikus
el sabor
de esta chicha dorada
viene y va
en totuma tan fina
pesa menos
que si fuera cristal
Dan un giro
avanzando livianas
y otro giro
ahora al revés. Polleras
que en círculos
como anillos de astros
hacen cielo
y al son graves trompetas
Vienen diablos,
los morenos y un ángel
vencedor
Belleza de dos mundos
con aritos
y larga cabellera,
los charangos
los piecitos desnudos
de las niñas
bailando el asfalto
Tan sutil
porque saben qué hacen
Virgencita
de la Copacabana,
Bajo Flores:
presente! Laferrere:
sí, presente!
Villa Celina: cómo
no: presente!...
Y así cincuenta cuadros
de bailantes
pasan por la enramada
La Patria es
Grande, y muy sabrosa
en la calle
esta chicha dorada
Ya lo sabe:
por Pompeya en octubre
miles de almas,
no lo dicen los diarios
sotto voce
chicharrón y picante
gente amable
los Bolitas le muestran
otra estética
Tan lejos y tan cerca
casa nuestra
si yo no lo supiera
ellos saben
donde está la grandeza
QUE EL HOMBRE NO SEPARE LO QUE "EL DIOS" HA UNIDO
El oficinista atrasado corre, gambetea los desechos perrunos de la vereda, diagonal en las 45 de la cuadra. Chifla al bondi, sube. -¡que golazo hermano!Casi ni te veo y llegas tarde!"-dice el colectivero.
En la esquina , un carro de cartoneros hace paredes de vereda a vereda. -"¿No sabés hacer una pared como la gente, no naciste en Fiorito vos?"- le grita el de enfrente, y la bolsa cae sobre el pavimento.
Desde una ventana un madre no pierde de vista la jugada mientras se mueve con cintura gambeteando niños revoltosos, juguetes tirados y un triciclo. Ya en el área chica recoge la ropa tirada y la coloca justo en el ángulo izquierdo del ropero, como un tiro digno del mejor 9.
Un taxi apurado hecha un fino entre dos camiones parados en un semáforo y pasa.Caño perfecto.Se escuchan los insultos con la boca cubierta.
En una esquina soleada a un novio le cobran penal en contra y obvio, fuerte y al medio es golazo de la despechada.
En la placita de enfrente catorce mini maradonas de 8 años hacen bailar la pelota mientras los transeuntes de traje ruegan por un lateral, aunque sea para tocarla de puntín un segundo camino al laburo.
En la ventana del bar, cuatro machos argentinos hablan de fútbol, mujeres y nuevamente fútbol.
-"¿Sabés qué , hermano? filosofa uno , es que en este íspa al fútbol se lo vive todos los días."
SECO ESTUDIO SOBRE LOS HIJOS
LOS HIJOS DUERMEN
Los hijos, amor incondicional, sonrisa que se reconoce, gesto en el sueño que es el gesto de uno . Mi mejor noche es cuando los veo dormir juntos nuevamente y los escucho respirar como la mejor de las músicas. Esa noche mágica cada tanto, que están los dos en casa, disfruto, disfruto.
LOS HIJOS Y EL TEMOR
El temor, el de la madre, a no ser suficiente. Nos mueve ese temor desde el parto, vamos contra él a toda máquina, surcando días de pañales y mamaderas, primeros cuadernos y caras sucias, amigos adolescentes chillones y primeros amores. Nos mueve y nos alienta. Nos mantiene vivas, nos mide y nos empuja. El amor o el temor, o ambos, porque es casi lo mismo.
LOS HIJOS Y EL DOLOR
Como evitarlo, como sacarlos del mundo para evitarles el dolor, no se puede, imposible. ¿Quién dijo que es parte de la vida?, que venga el dios del trueque y me haga canje, cambiaría un décimo del dolor de ellos por un millón de dolores para mí. Que venga, acá estoy, dispuesta. Si fuera posible, hay, si lo fuera, si lo fuera…
LOS HIJOS Y EL DESCUBRIMIENTO
En tus pupilas hijo, lo nuevo.
En tu sonrisa hijo, lo que nunca viste. Yo te contemplo extasiada, viendo cómo lames la vida y te llenas de gozo. El tuyo que, sin vos saberlo, se hace mío y es un regalo pleno, completo, el mejor del mundo.
UNO MELANCOLICO Y EL OTRO MAGICO
Uno melancólico, piensa, cree cambiar al mundo. Y sigue pensando.
El otro, igual de bello pero más directo, le ríe al mundo su carcajada, lo deslumbra y me deslumbra.
viernes, 18 de junio de 2010
NO IMPORTA
lunes, 7 de junio de 2010
de dónde vengo
jueves, 20 de mayo de 2010
Es allí a donde voy. CLARICE LISPECTOR (gracias facu por el regalo)
martes, 18 de mayo de 2010
Bicentenario
miércoles, 12 de mayo de 2010
HOY ME DECLARO AUSENTE
jueves, 6 de mayo de 2010
poesía japonesa
miércoles, 5 de mayo de 2010
palabras con optimismo en un dia agitado.
viernes, 30 de abril de 2010
potpourri de cosas bellas encontradas
"hay algo muy sutíl y muy hondo en volverse a mirar el camino andado... el camino en dónde, sin dejar huella, se dejó la vida. J.M.LOYNÁS
mi corazón es un niño que no sabe lo que quiere, una caricia lo alienta, una ilusión lo sostiene COPLA POPULAR NORTEÑA
Fué por casualidad que descubrió el verdadero alcance de su poder. Esa mañana , cansado ya de crear para otros tanto mundo fantástico- con extravagantes personajes que al final terminaba odiando por inconsistentes-, sintió la necesidad de cambiar inexcusablemente el sino de su existencia.
Entonces, abrió la ventana y dijo. "deshágase la luz", y la ciudad quedó a oscuras como en la más común de las noches. "No más ese horrible firmamento y sus malditas estrellas", y todo lo que le rodeaba se desvaneció en el acto para dar paso a la nada... Allí quedó , eternamente complacido de reinventar su suerte. YUSNEL FLEITES MARTÍNEZ
Era uno de esos días en de otoño en que se toma consciencia de la brevedad creciente de los días y en que uno siente en su propia piel el frío del mundo.....
...El viento del dolor soplaba así y penetraba por los rincones del pueblo, haciéndo moverse a los árboles y temblar a las piedras....
...Yo creo que dar una oínión banal con el corazón caliente es más vivo que dar una opinión original con la cabeza fría. El cuerpo se mueve gracias a la sangre. Las palabras vivas no sólo sirven para hacer vibrar el aire, sino que también pueden agitar poderosamente el corazón humano....
...Yo adopte la línea de no oponerme a él en lo posible. La táctica era sacar el hielo al sol para que se derritiera y transformara en agua tibia. De esa forma, él mismo vendría a darse cuenta...
...tal vez ,en cierto modo era yo merecedor de su desprecio. Sus miras eran seguramente más elevadas que las mías . No lo niego. Pero, tener la mirada puesta en las alturas y no poder ver otras cosas , ¿no es propio de un minusválido? Pensé, que , en primer lugar y por encima de todo tenía que ayudar a K a ser más humano. ...
Pasado el impacto inicial y súbito como el rayo , pensé "¡todo está perdido!" Una negra luz que me decía que todo era ya irremediable, lanzó un destello sobre todo mi futuro, iluminandolo de un modo sombrío y por un instante la vida entera que se extendía ante mí. Me puse a temblar....
FRAGMENTOS DE KOKORO de NATSUME SOSEKI
Tienen una acendrada
vocación para el canto
pero hay una minucia
que a veces los separa
mientra que al ruiseñor
suele salirle un gallo
al gallo en cambio nunca
le sale un ruiseñor EL RUISEÑOR Y EL GALLO . MARIO BENEDETTI
jueves, 22 de abril de 2010
Según Jung
PROBLEMAS CON LA VERTICAL
DIAS BISIESTOS II Explicacion
DIAS BISIESTOS (mi ciudad sin Laura)
viste que todo brilla por demás
cuando uno anda de grises....
...hoy viene,
insolitamente
sobrando tanto sol y tanto cielo ...
...te lo pido encarecidamente
jamás
pero nunca jamás
te hagas cargo de mis tristezas...
...cuatro por tres es mi cuenta
cuatro dias riendo
tres pensando
lo lamento tanto
pero no acepto otro bastón más que yo misma...
...y así sigo
por la vida
partida en dos,
voy y vengo
vengo y voy
cansada busco
el lugar dónde plantar mi esperanza...
...la lapicera rueda
rugiedo mis pensamientos
que no llegan al papel,
una gota salada
plana, insolente,
mancha la última letra
¿borrón y cuenta nueva?
sigo pensando.
...la detesto,
esta heredada melancolía
alelo injusto que me toco en la vida
y la llevo, mochila al hombro
haciendo como que es de otro
mientras, subrepticiamente, trato de sacarle peso...
sábado, 17 de abril de 2010
voces
jueves, 15 de abril de 2010
verde esperanza desde arriba
viernes, 9 de abril de 2010
mi herramienta
Con ella adorno recuerdos
Con ella detengo al odio
Con ella marco silencios
Con ella beso a mis hijos
Y con ella los enseño
Con ella consuelo amigos
Y también me río y sueño
Con ella aprendo y avanzo
Y con ella yo me muestro
Señores,
con mi herramienta,
la palabra ,
soy y tengo.
jueves, 8 de abril de 2010
un dia como hoy
domingo, 4 de abril de 2010
BOMBOS EN EL TREN DEL OESTE
Ya hacía 15 años que había dejado el monte y extrañaba tanto sentir el sonar de los bombos, los bombos son, decía su abuela que era sabia en su tribu, el corazón de la tierra.
Ella buscaba afanosa ese corazón en esta gran ciudad de bestia, pero no había caso, no se sentían, esa ciudad era una ciudad sin corazón para su gente.
Allá en monte había mucha miseria, un día su máma le dijo, te vas a tener que ir a buenos aires, a ver si allá conseguís una vida mejor que esta.
La ciudad sin corazón no es lugar para vivir, pensaba con los bombos del tren como música de fondo. Si cuando ella nació, su abuela, que sabía leer las señales de la madre tierra y los animales ,
Declaró que había nacido bien destinada. El caburé voló esa noche para despejar cualquier duda.
Bien destinada no era esto, pensó ella. Pero a veces la vida te trae tu buen destino un poco a destiempo se consoló.
Tampoco estaba todo tan mal, su casilla era de madera, otros vivían sin techo, o en casa de cartón,
Sus urgencias de mujer joven, sola y sin recursos le habían regalado dos wawitas que le daban cada mañana un poco de su monte en el negro azabache de su pelo y sus pupilas- De los padres ya casi ni se acordaba, total, ellos tampoco la recordarían a ella, pensó, qué más da, sus hijos llenaban su vida.
Los criaba con todo el amor que podía y la patrona la trataba bien, la ayudaba con sus hijos , les daba ropa y comida y asi pasaban sus días.
Sabia de otras chicas que la pasaban mal, negra bruta, india sucia, inútil, eran palabras corrientes en su trabajo, pero por suerte a ella nunca le había pasado. Si hasta la señora la dejaba faltar cuando sus niñitos actuaban en la escuela.
Pero ella extrañaba tanto su tierra, descalzarse, hundir los tobillos en el arenal, abrazar a su abuela antes que partiera, saludar a los ancianos, mirar el cielo verdadero, no éste de la ciudad, tan soso, tan poco estrellado, y los bombos, extrañaba tanto el temblor de los parches en su barriga,
Miro por la ventanilla pasar su barrio de chapas, cartones y niños sentados mirando hacia la nada, y se dijo, me vuelvo a mi chaco con mis niños, algo para comer tendremos y es preciso que ellos conozcan en su panza el sonido de los bombos.
miércoles, 31 de marzo de 2010
MALA ALUMNA
Un día para prender velas
...Hay nubes blancas en el cielo
grandes acantilados se elevan hacia lo alto
interminables son los caminos de la tierra
montañas y ríos obstruyen el camino
te ruego que no mueras
por favor, trata de venir nuevamente...
(poesía anónima japonesa)
¿comprendes amor mío
porqué de pronto callo
y sube del silencio
como un levísimo eco de lágrimas? ...
Edgar Morisoli, poeta pampeano.
17 de junio
Mi abuelo vestía de lunes a lunes traje oscuro, camisa blanca impoluta con monograma O.J.M. y moño de seda, una rareza de la elegancia masculina ya en extinción. Olía siempre a hombre recién afeitado y usaba colonia inglesa que sacaba de un frasco enorme de etiqueta dorada y roja y se esparcía con golpes de titán en los cachetes. Cuando salía del baño yo entraba a oler ese olor con fruición y esperaba la mágica frase que decía, te lleno la bañadera , donde me metía como una Esther Williams de 5 años. Cabe aclarar que la bañadera de mi abuelo era enorme y blanca con unas canillas gigantes de bronce que goteaban un sordo pluc pluc que era música para mis precoces oídos de niña melómana.
Tenía la gloriosa combinación de saber comer y saber cocinar al mismo tiempo con fondos de Larralde. Los sábados la cocina de mi abuelo olía a fiesta. No era que mi abuela no cocinara, lo hacía y bien. Pero el sábado la cocina pasaba de mano y era el reino de mi abuelo. Las ollas hervían pastas caseras, después carnes acompañadas de delicias y solo el postre quedaba en manos de la reina culinaria saliente, o sea mi abuela que a regañadientes, ese día no era la estrella de la cocina.
Una vez por año mi abuelo hacía caracoles, rito tano de paciencia y cierta crueldad, en el que yo participaba de reojo porque me daban pena esos bichos encerrados bajo una loseta comiendo solo polenta para después ir a parar a la olla hirviendo. Pero debo decir que me los comía con felicidad, no sé si porque me gustaban o porque mi abuelo siempre decía con orgullo, mi nieta come caracoles desde chica, que nene come caracoles así, sin hacer un problema. Y yo decidí a los seis años que los caracoles eran un manjar de los dioses y lo sigo sosteniendo. Todavía oigo el tintineo de los caparazones en el plato hondo y me suena a música celestial.
A pesar de haber vivido grandes dolores, tenía el don de carácter de fabricar a diario grandes felicidades , manejaba un enorme Desoto negro , para mí como una carroza que mantuvo por años sin dejarse entusiasmar por autos modernos y estilizados. Para subirnos había que saltar un poco, el auto era alto y mi hermano y yo dos enanos claro. Y mientras manejaba contaba cuentos y poesías que nos hacían aprender para su delicia y todavía recuerdo, El negro Falucho que fue muerto en el mástil custodiando la bandera, Rudecinda y su Ciriaco que bajaban el faldeo prendiditos de la mano , y sostenía que en el techo iba un lorito charlatán que nos contaba cuentos que tuve que admitir con los años que salían de su estómago y su boca entrecerrada. Mi primer desilusión no fueron los reyes magos ni papá Noel, como el de cualquier chico que se precie. Tuve que admitir antes que eso y con más resignación que no había ningún lorito en el techo del Desoto , calculo que alrededor de los 10 años. Ya era inadmisible pasar por tan ingenua , creo, a esa edad. Igual con mi hermano lo mantuvimos en secreto un tiempo más, o se hizo el engañado más bien para no romper con esa magia familiar de años.
Los sábados a la noche, cada tanto, dormíamos en su casa. Su enorme cama que hacía honor a su tamaño corporal claro, se transformaba, silla dada vuelta mediante cubierta por sábanas , en una carpa de indios dentro de la cual se cenaba pollo con arroz o churrasquitos de lomo en pan. De más está decir que mi mamá nunca estuvo de acuerdo con semejante descontrol y que no hubo campamento escolar que me entusiasmara después de semejante experiencia de permisividad y diversión bajo una carpa hecha de sábanas.
Mi abuelo vivía en una casa con patio de baldosas y una fuente española en el centro que por alguna rareza que nunca averigüé, en lugar de tener agua tenía tierra con pensamientos violetas y amarillos en invierno y corales rojo furioso en verano custodiados por sapos de cerámica que abrían su boca para decir quién sabe qué cosa, ya que como explique, debido a la falta de agua , no podían largar nada por las bocas abiertas para tal fin. Contra las paredes cultivaba con amor y riego las más grandes hortensias que jamás vi, y juro que a pesar de mi corta estatura y perspectiva sesgada, eran igual mucho más altas que él, y por lo tanto , de más de dos metros. Y en un rincón de las hortensias, un banco de quebracho hecho por sus propias manos era su refugio para disfrutar el jardín y claro, también el mío donde yo armaba mi casita de muñecas improvisada.
Fue un hombre de intensas pasiones, aparte de mí, disculpen la megalomanía pero con mi abuelo es así, tenía adoración por mi abuela, una señora morocha y con clase que sabía llevarlo para el lado de sus deseos con calidad de hembra que se sentía amada. Mi abuela, con las más bellas piernas que conocí , un don para tratar al hombre y un rodete oscuro y elegante que él amaba, se llamaba Angélica, pero él, vaya a saber por qué capricho y complicidad matrimonial le decía Genoveva y como palabra mágica ella salía tras sus pasos. Por qué Genoveva, preguntaba yo, y ella con orgullo me explico que era por Genoveva de Brabante, mítica reina del 1200 y esposa de Sigfrido y ahí comenzó el bichito de la curiosidad por la literatura.
Mi papá y mi mamá me inculcaron el amor a los libros, pero fue mi abuelo el que a partir de los 6 o 7 años, como un rito de entrega y dedicación pasaba por mi casa el último día del mes a traerme el nuevo libro para mi colección que corría a buscar a la librería El Ateneo al cobrar su sueldo. Le debo a él mi primera biblioteca, el orgullo de tenerla y el placer de esperar el próximo libro con la certeza que no iba a faltarme que no es poco para la ansiedad de una niña de ocho años.
Así como amaba la vida social amaba la naturaleza y todavía lo recuerdo en pantalón corto y botines, como él los llamaba , haciendo pozos, plantando agapantos en cantidades irrisorias, nunca dije que era un hombre medido para ser honesta, pero gracias a esto fui llevando hijos de sus plantas a cada casa que tuve como un exorcismo contra las desgracias y para contagiarme de su filosofía. Agarraba la pala horas y se empapaba como un burro. Si yo le decía que estaba todo mojado, él me contestaba que así eliminaba las toxinas de la ciudad. Ahora sé que no es tan cierto pero no sería capaz de contradecirlo ni ahora que ya no está. Y aunque ya no tenemos esa chacra paso por la puerta para ver su cuarta generación de sauces plantados por él mismo de varas de los anteriores. Lástima que de esos si no tengo hijos.
Pero para ser honesta, como cualquier mortal tuvo sus defectos, en realidad a mi poco me importaron y me importan. Me quedo con las virtudes, las enseñanzas y las sorpresas. Recuerdo una esquina de ropa de hombres famosa en la calle Florida donde el sostenía contra mi escepticismo infantil que había una fuente con perfume, y allá fuimos a que metiera la mano en ella. A partir de ahí y por muchos años sus dichos fueron leyes del universo para mí y volver a ver esa etiqueta escocesa en cualquier prenda vuelve a meter mi mano en la fantasía hecha realidad.
Pero claro, la vida rueda siempre a su ritmo y yo crecí y el envejeció. Sus reflejos no eran los mismos y los viajes por Paseo colón de regreso a mi casa con mi abuelo al volante no tenían nada que envidiarle a la mas brava de las montañas rusas del Ital Park con los condimentos de los comentarios de los otros conductores- Yo ya era adolescente en ese momento y me daba un poco de vergüenza. Todavía me arrepiento cuando le decía que me tomaba el colectivo, para no pasar por ese momento. Supongo que le debe haber dolido, pero era un hombre grande e inteligente. Habrá pensado que yo quería ser independiente.
Cuando empecé la carrera era feliz escuchándome contarle mis experiencias de alumna universitaria que yo a veces agrandaba un poco para verle brillar más las pupilas. Nada más útil para el ego de una niña intentando ser adulta, muerta de miedos, que escuchar que tu abuelo, el gran gigante de tu vida te mire con admiración.
Yo me separe de mi primer matrimonio y fui a notificarlo, como correspondía a nuestra estrecha relación, me dijo, hace lo que te parezca pero no te quedes sola, es lindo llegar y decir en vos alta “ya llegue”. Ahora lo hago como una forma de exorcismo cuando llego a mi casa. Sin una letra de mas ni una de menos. Se fehacientemente que me está escuchando y es feliz de saber que alguien me está esperando.
Pero la vida no se detiene y todos tenemos un ocaso de alguna u otra manera. Me toco a mí, por decisión propia, decirle que su único hijo, mi papá había muerto. Y esa vez el gigante se sentó en la cama para que yo lo abrazara como solo él me había enseñado. Y vi un oso enorme llorar como un chico agarrado a mi cintura. Y sentí que ese momento devolvió algo de lo que él tanto me había regalado. Y con los años me dio su último regalo. Eli día que sabía que iba a morirse me tomo la mano, me dijo no te vayas, no me sueltes, y con una gran sonrisa se fue a algún lugar que por su cara de calma no tengo dudas que fue placentero. Desde ese día el miedo a la muerte para mí fue un problema resuelto.Me enseño tres cosas en la vida, que se puede vivir feliz a pesar de las dificultades , que los momentos de felicidad son efímeros y hay que generarlos y que morirse no es nada malo, al contrario, yo se que ese día el va a tomar de nuevo mi mano. Mientras tanto me levanto cada día con su bata de seda de amuleto, y tengo en mi cocina sus frascos de Glostora llenos de fideos y condimentos.